lunes, 13 de septiembre de 2010

Volaba


Y volaba libremente por el cielo, con mis alas blancas, de noche, como todas las noches, jugando con las nubes, cantando, acariciando las estrellas, queria tocar la luna, pero de repente senti una herida en mi pecho, de la nada, y comencé a sangrar y debilitarme, la herida se hacía cada vez más grande y mi dolor era cada vez más profundo, me debilitaba, mis alas a penas se movían. No quería caer, menos herida, pero caí, en un hermoso rosal negro, caí de espaldas mirando el precioso anochecer, observaba la luna llena en frente de mi, las estrellas que brillaban, esas que acaricié ahora me parecian tan lejanas...
Y sentía el frío del viento y la frescura de la noche que calmaba mi dolor, esta vez con más heridas en todo mi cuerpo por las espinas clavadas en mí de las rosas, esas que tenían un hermoso perfume. Era la tumba perfecta, perfecta para descanzar en paz, caí para morir en ese hermoso lugar... pero no mori, dormí por un tiempo, no sé cuanto fue pero desperté y vi las rosas negras, el paisaje era igual, pero la noche era distinta. La luna no estaba, solo las nubes cubrían el cielo, cubrían las estrellas. Abro mis alas lista para volar y ver mas allá de las nubes, pero mis alas eran negras, me sentí extraña, pero esta vez, volé mas alto, mas de lo que volaba antes, el piso eran las nubes, ya no veia nada, era todo oscuro, y las estrellas estaban tan altas que aún estando en el cielo no las podía alcanzar, y seguí volando..
Ahora sin rumbo, sin dirección, perdida, triste, volaba por todos lados, volaba triste, yo volaba.

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